Tomo y obligo, mĂĄndese un trago,
que hoy necesito el recuerdo matar;
sin un amigo, lejos del pago,
quiero en su pecho mi pena volcar.
Beba conmigo, y si se empaña
de vez en cuando mi voz al cantar,
no es que la llore porque me engaña,
yo sé que un hombre no debe llorar.
Si los pastos conversaran, esta pampa le dirĂa
con quĂ© fiebre la querĂa, de quĂ© modo la adorĂ©.
CuĂĄntas veces de rodilla, tembloroso, yo me he hincado
bajo el ĂĄrbol deshojado donde un dĂa la besĂ©.
Y hoy al verla envilecida y a otros brazos entregada,
fue para mà una puñalada y de celos me cegué,
y le juro, todavĂa no consigo convencerme
como pude contenerme y ahà nomås no la maté.
Tomo y obligo, mĂĄndese un trago;
de las mujeres mejor no hay que hablar,
todas, amigo, dan muy mal pago
y hoy mi experiencia lo puede afirmar.
Siga un consejo, no se enamore
y si una vuelta le toca hocicar,
fuerza, canejo, sufra y no llore
que un hombre macho no debe llorar.